¿Cómo es posible pensar los
personajes de Leónidas Gambartes? Para intentar responder a ello se nos hace necesario (por lo menos en esta
ocasión) recurrir a la figura del escritor de policiales negros David Goodis (1917-1967).
Como Gambartes, vivió solo aproximadamente medio siglo. Ambos convivieron con
circunstancias que dificultaron no solo su hacer creador sino su propia
existencia: el pintor problemas de visión y el escritor norteamericano la
esquizofrenia de uno de sus hermanos y la suya propia (1).
David Goodis, describió en sus novelas, personajes que no pueden emerger de
una marginalidad que los abruma, que intentan infructuosamente desprenderse de
un pasado que los signa y agobia (2); son seres próximos a los silenciosos
personajes de Gambartes. El escritor fue elogiado por la intelectualidad
francesa a mediados de los ´ 60 fue porque su temática se relacionaba “con el
clima del existencialismo, con el absurdo, la desesperanza, la falta de
horizontes” (3). Acaso los hombres y mujeres de los márgenes rosarinos que
inspiraron a Gambartes, no experimentaban en carne propia los efectos de una
vida sin horizontes. Si esta idea fuera correcta, el pintor habría volcado en
sus personajes (al igual que el novelista norteamericano) un clima de
desesperanzas; solo que los del rosarino se aferran a la magia y a la
superstición como tabla de salvación. Allí es cuando Gambartes, se interna en
lo social al registrar cierto imaginario colectivo desarrollado por los ´ 50 y
los ´ 60 en grupos humanos de gente marginada del contexto de una gran ciudad
como Rosario; condenados por su origen a un futuro incierto y a una vida de
privaciones. Son seres para los que el tiempo transcurre de otra manera
distinta; tal vez alejado del vértigo moderno de las grandes urbes.
También los “payés” nos brindan indicios de un tiempo diferente. Cercanos,
por cierto, a primitivos rituales de antiguas culturas guaraníes; alejados de
toda creencia cristiana, aunque en algunas situaciones ostenten pequeños
crucifijos. El pintor los diseña bajo arcaicos y abstractizantes parámetros,
pero los coloca en un contexto plástico donde los mismos se acercan más a la
idea de la representación estilizada de seres humanos que a la de que objetos “con
competencias para curar males con una mezcla de rituales simbólicos y remedios
naturales” (4).
De todos modos, los personajes que inspiran la pintura gambartiana, no solo
están excluidos de la posibilidad de un futuro positivo, sino también de
ciertas realidades políticas, sociales o culturales muy típicas
fundamentalmente de los ´ 60. Son seres distanciados de la “vida moderna” que
se amparan en ciertos valores cultuales de primitivo origen a modo de tabla de
salvación. Debemos pensar básicamente los personajes de Gambartes: como hombres
y mujeres al margen de los grandes lineamientos. Como protagonistas de la obra
de un notable artista que supo perpetuarlos en el tiempo a través de su pintura
y convertirlos en un claro intento de abordar cuestiones de la existencia.
1. González Toro, Alberto,” Apuntes de una vida muy negra”, Revista de Cultura “Ñ”, Buenos
Aires,
2. Ibídem, p. 18
3. Ibídem, p. 19.
4. López Anaya, Jorge, Gambartes,
Catálogo ArteBA 98, Génesis Galería
de Arte, Buenos Aires, mayo 1998, p.21.Núm. 179, sábado 3 de marzo del
2007, p. 18.
En Cuatro apuntes para un estudio sobre
Leónidas Gambartes. Revista Historia Regional, Villa Constitución, 2007.
Jorge Jofre 2025.
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