Por Jorge Jofre.
En el MALBA se desarrolló un ciclo denominado Cine
de Villanos. Un variado repertorio en lo que hace a directores y
procedencia de los filmes que deja en claro que las vilezas no tienen un único
motivo ni un único patrón y se instalan en lo cotidiano.
Si villano, más que el habitante de una
villa, es aquel que comete acciones no nobles, con seguridad que en
“Monsieur Verdoux” (Charles Chaplin; 1947) , Henri Verdoux, cumple ampliamente
con el rol. A uno no se ocurriría tal vez, para mantener a su familia,
casarse con viudas ricas para matarlas y apoderarse de sus fortunas.
Charles Chaplin como director deja en evidencia en este filme cierta condición
humana muy particular , tomando además como referencia para el personaje la
figura del célebre asesino Landrú.
En “ La mala semilla” (1956, Mervyn Leroy”)
, vemos hasta donde puede alcanzar la envidia de la pequeña Rhoda de ocho años
, que es capaz de asesinar a un compañero de escuela durante un picnic enojada
porque este ha ganado un premio deseado por ella. Leroy nos muestra con
maestría cinematográfica y oficio como un niño también puede ser malo por más
pequeño que sea.
En filmes como “Perros de la calle” ( Quentin Tarantino; 1992)
o “ Sed de mal” ( Orson Welles; 1958) se ponen en evidencia dos cualidades
villanas: la traición y la corrupción. Tarantino arma con absoluta
claridad una historia de un robo de diamantes, seis delincuentes y una traición
que desemboca en drama. En “ Sed de mal “ el comisario Hank Quinlan
(Orson Welles) es un policía corrupto que se vincula a ciertas formas del
poder. A la figura de Quinlan , el célebre director, contrapone la
de Mike Vargas ( Charlton Heston), un agente mejicano de narcóticos, capaz de
luchar por la justicia hasta lo indecible.
La ambición desmedida de algunos
conquistadores se hace presente en “Aguirre, la ira de Dios” (Werner Herzog;
1972). El español Lope de Aguirre, busca en el medio de la selva amazónica una
forma de llegar con sus hombres hasta El Dorado. Poco a poco la ambición del
oro lo va cegando: el clima, la geografía, los egoísmos personales y los
ataques de los nativos van reduciendo su grupo. Herzog lo muestra a Aguirre, en
un final que se ha hecho célebre, solo en su balsa gritando y declamando
irracionalmente.
Cine de Villanos, nos tira a la cara, como la demencia
asesina, la envidia, la traición, la corrupción o la ambición sin límites
pueden precipitar dramas. Así como también que la villanía no se maneja bajo
una única forma y que más allá del cine puede estar presente en nuestra
realidad. Una célebre canción de Los Violadores hablaba de la violencia en el
quiosco de la esquina Nosotros le podemos agregar a esa esquina, con este
ciclo, la posible existencia de algún villano.
Publicado en el Periódico El Termómetro . ( PILAR; 2016).
Jorge Jofre; agosto 2016.