jueves, 24 de junio de 2021

Kurt Schwitters (Merz)

 

 El presente trabajo forma parte de un proyecto denominado IDIS desarrollado en la FADU-UBA. La fuente para la concreción del texto realizado por Jeymer Gamboa , es un escrito mío publicado en la revista chilena crítica.cl bajo el nombre de “ Instalaciones :destino de una tendencia” (28-06-07) . 


By Jeymer Gamboa / enero 15, 1948 / artistas / Alemania/.

 

Kurt Schwitters (1887-1948). Artista alemán de vanguardia que trabajó principalmente la técnica del collage. Realizó sus obras con objetos y desechos que encontraba en la basura. Inventó la palabra Merz para definir a su obra y fundó una revista bajo ese mismo nombre, publicada de 1919 a 1923. También fue un reconocido poeta, su escritura se caracteriza por la experimentación y la irreverencia. Su obra Merzbau es considerada un importante antecedente de la técnica de instalación.

A  comienzos de los ‘20 Kurt Schwitters (1887-1948) ya había  iniciado la construcción de una “columna” que poco a poco domina la casa que habita en Hannover. Es la llamada “Columna Merz en estructura Merz” (tal el nombre que el le da) en la cual trabaja por casi una década con los más insólitos materiales. Coloca en cavidades o “grutas” que va construyendo, tanto boletos de transporte como los más inesperados materiales encontrados en la calle. Cada una de las cavidades esta dedicada a alguno de los artistas plásticos de su época y contenía “detalles muy íntimos de la persona”…. un mechón de cabello; la punta de una corbata; un trozo de uña; un lápiz de dibujo; una dentadura postiza y hasta un frasco con orina; cada cosa colocada meticulosamente en la “caverna” correspondiente a cada personalidad.

La “columna” fue ocupando la casa de su propiedad y, cuando Schwitters ya no pudo hacerla crecer más por falta de espacio, desalojó a los inquilinos del piso superior, agujereó el techo y continuó con el trabajo. Las “grutas” se fueron acumulando y el engrosamiento de la “columna”, trajo que en muchas ocasiones, las últimas “grutas” ocultaran a las primeras.

La obra se torna laberíntica al modo del “Ulysses” de Joyce editado por la época. Pero, lo más notable de todo, es  que ambas realizaciones tienen un elemento en común aún más fuerte: la intención final. Joyce tiene un claro punto de referencia que no es precisamente “la subjetividad del poeta aislado en su torre de marfil, sino la comunidad humana y al mismo tiempo, la realidad de la historia y de la cultura” al escribir su célebre novela… La “Schwitters- Säule” ha sido definida como “un documento vivo de Schwitters y sus amigos” (4); se dice además que el artista “tomaba desechos como materia prima para la ejecución de sus obras porque estos eran el fiel reflejo de lo que la civilización era”.

¿Quién es en realidad el autor de la “Schwitters-Säule”?….y a modo de respuesta se podría decir que era: quien se había auto presentado diciendo: “Soy pintor. Clavo mis cuadros” aludiendo, con seguridad, a que por esa época clavaba los materiales sobre el soporte; quien había sido rechazado por Dadá. Quien se decidió a abrirse camino por su cuenta juntando boletos de tranvía, envolturas de queso, suelas rotas, alambres, plumas o trapos de piso viejos y colocándolos en los nichos de una construcción llevada a cabo en el interior de su propia casa. Muchos se podrán preguntar en este punto si Schwitters era un artista o un mero operador de hechos estéticos…pero la “Schwitters-Säule” era sin duda alguna lo que hoy llamamos una instalación.


Fuente: Jorge Jofre en http://critica.cl/artes-visuales/instalaciones-destino-de-una-tendencia

 

 

jueves, 25 de marzo de 2021

Diego Lerman:“La mirada invisible”. El fracaso del panoptismo a fines de una dictadura.

 


 



Inspirada en la novela “Ciencias Morales” del escritor Martín Kohan, el filme “La mirada invisible “(2010)  de Diego Lerman sitúa la ficción en el momento que se está por producir la invasión argentina a las Malvinas. Solo una fugaz aparición de escenas televisivas en la casa de la protagonista y el discurso de Galtieri (tras la culminación del filme) sobre la recuperación de las islas nos informan en forma concreta del tiempo en que viven los personajes. No obstante, aunque ficción al fin, este filme de Diego Lerman parece mostrar al espectador escenas reales del  panoptismo y su fracaso hacia el final de una dictadura.


La mirada es invisible.

¿La mirada puede ser invisible? Esa es la pregunta que nos hacemos mientras transcurren los primeros y rigurosos pasos del filme. Rigurosos porque la cámara de Lerman no muestra flaquezas. El director sostiene con firmeza una imagen prolija y medida en sus acciones; en acciones que dan credibilidad a la ficción. Se abren dos enormes puertas del colegio y surge la figura espigada de María Teresa . La nueva preceptora es seguida por una división de alumnos, en perfecta formación y marcando un riguroso paso de cierto aire militar. Los primeros planos secuencia ya subrayan la palabra disciplina. La idea se amplifica particularmente en la secuencia donde se obliga a los alumnos a prolongar el gesto de “tomar distancia” del compañero. Hasta este momento, las acciones parecen conformar un verdadero manual de disciplina extrema e injustificada. Nos recuerdan a las antiguas litografías de principios del siglo XIX que mostraban en bandas las formas correctas de comportarse el alumno en distintas situaciones educativas.

“La historia del colegio y la historia de la patria son la misma cosa”, ha dicho el director con clara energía y convicción frente a los alumnos, después de haber hablado de los próceres que estudiaron en él. Casi resonando como aquel “Dios, patria y familia” propuesto por la dictadura militar, que no obstante gobierna el país en el momento en que se desarrolla la ficción relatada por Lerman. La idea de que la tradición obliga a determinada concepción de la sociedad y por supuesto de la escuela flota en las palabras del director y se pretende prolongar en el alumnado.

 Formar conciencia bajo un determinado modelo es el propósito de tales discursos. Estrategia  que aunque hable de generalidades no deja de incluir en lo que hace a lo disciplinario y lo estrictamente educativo una cuidadosa “disciplina de lo minúsculo” que nos recuerda a la alusión de Juan Bautista de Lasalle a las “cosas pequeñas” en su “Tratado de las obligaciones de los hermanos de las escuelas cristianas” (1783). Una “disciplina de lo minúsculo” que debe ser impartida monolíticamente por directivos; profesores y preceptores. 

Pero en este punto es que nos preguntamos ¿De qué manera se puede llevar a cabo tal propósito? Es en este contexto se situación que Biasutto, el jefe de preceptores nos brinda una respuesta. Hablándole a María Teresa enuncia la idea de una vigilancia  sostenida en la mirada; en una mirada que no debe perder detalles para descubrir así la posible falta del alumno. En una mirada que todo lo ve, pero que no se deja ver. Entrevistado por Oscar Ranzani el propio director se preguntará acerca de tal mirada en forma de una hipótesis interrogativa abierta: ¿De quién es la mirada invisible? ¿Es la de María teresa o la Biasutto? ¿O es la de ese ojo panóptico que es poder y que observa a todos por arriba?...la disyuntiva ha sido formulada por el propio Lerman.


 Jorge Jofre. 2021-Fragmento del texto publicado en  Conurbana,cult .

imagen:https://m.cinesargentinos.com.ar/