jueves, 25 de mayo de 2017

Breaking bad: como un diamante facetado





   jofrejorge2000@hotmail.com


Catalogada por Metacritic e instituciones que analizan la TV como una de las mejores series de todos los tiempos, Breaking bad,  se presta para ser analizada desde distintas y singulares perspectivas.





Durante cinco temporadas (2008-2012), Breaking bad se encargó de contar la vida de Walter White (Brian Cranston), un profesor de química de Albuquerque (Nueva México) que además de los problemas económicos usuales en él, se entera que tiene un cáncer de pulmón no operable. Aparentemente para mejorar su economía, junto con JessePinkman (Aarón Paul) , un antiguo alumno suyo comienza a “ cocinar” metanfetamina. Primero lo harán solos, distribuyendo mediante un precario sistema. Luego Gustavo Frink les ofrecerá trabajar para él a gran escala y “cocinando”  en un enorme y completo laboratorio. “Los pollos hermanos”, un negocio de comidas rápidas será la fachada de Frink para disimular ante los investigadores policiales.
Con el correr del relato,Vince Gilligan (guionista y director) nos va mostrando casi en complicidad con el espectador a un Walter White que va acentuando una personalidad cada vez más poco confiable aún en lo que respecta a su propia familia. Miente compulsivamente con o sin necesidad de hacerlo; especula con las situaciones que se presentan con llamativa frialdad. Deja morir personas sin pretender salvarlas; incita al crimen y al delito y también mata si lo considera necesario en pos de su objetivo.  Gilligan lo muestra cada vez más cercano a la maldad del Mr Hyde stevensoniano, personaje con que los críticos han creído resumir el perfil final de Walter White.
Breaking bad es metafóricamente hablando como un diamante facetado, con múltiples caras y aristas. Un diamante que en cada una de sus caras esconde algún secreto o alguna sorpresa. Cada capítulo parece cerrarse en sí mismo en un final repentino y no esperado; confirma no obstante el derrotero de un Walter White cada vez másoscuro; cada vez más imposibilitado de ser el héroe admirado de la serie. La envidia que uno le pudo tener en el comienzo por esa capacidad resolutiva se trastoca paso a paso en asombro ilimitado: hasta donde es capaz de llegar un hombre en su afán de autosatisfacción. Situación que confirma en el último capítulo cuando le dice a Skyler, su propia esposa, durante una suerte de despedida final. . “Lo hice por mí. Me gustó”.
El final de Walter White es tan previsible como el vértice  en que concluye la culata de ese metafórico diamante: con la droga no solo pierde el que consume sino también quién la vende o la produce.


 Publicado en  Periódico " El Termómetro" . Pilar. 2016.
Jorge Jofre. mayo 2017.